¿Cómo trabajar con datos puede motivar la colaboración ciudadana? ¿Cuál es su rol en la transparencia del sector público y la información sobre las élites empresariales? Estas y otras preguntas se debatieron en la Tercera Conferencia Regional de Datos Abiertos de América
Foto: Gabriela Flores
Por Gabriela Flores
En el Perú aquellas empresas que quieren moverse en las grandes ligas financieras y cotizan sus acciones en la bolsa de valores tienen la obligación de entregar información periódica sobre sus activos, directorio, gerentes y estados financieros. Esa información es de acceso público. Cualquier ciudadano curioso puede ingresar a la página web de la Superintendencia del Mercado de Valores (SMV) y acceder a los datos de grupos de poder que negocian con el Estado y que, no pocas veces, toman decisiones que afectan a las mayorías. Pero lo interesante no sólo está en saber quién es quién en la élite empresarial.
El dato por el dato no es suficiente. Lo interesante resulta de verificar y cruzar la información. Así lo hizo en México la organización Poder con iniciativas como Quién es Quién Wiki, una base de datos sobre empresas y empresarios, y RindeCuentas que, a partir de la base de datos, realiza indagaciones de casos emblemáticos. Hasta el momento, Poder ha logrado mostrar cómo los empresarios comparten el manejo de los principales grupos de poder y su cercanía con el poder político.
Para Eduard Martín – Borregón, coordinador del proyecto, el trabajo con datos debe servir para la rendición de cuentas de los grupos de poder.
El caso mexicano fue presentado la tarde del 9 de setiembre en una sala del Centro Cultural Gabriela Mistral en Santiago de Chile, durante el panel Datos Abiertos y Rendición de Cuentas que se desarrolló en el marco la III Conferencia Regional de Datos Abiertos de América Latina y el Caribe (Condatos). El debate intentó responder ¿quién, para qué y por qué deben abrir sus datos?
Junto a la experiencia de Poder, Convoca presentó la serie investigativa “Excesos sin Castigo” que reveló cómo las principales empresas de las industrias extractivas incumplen las normas ambientales una y otra vez, evitan el pago de multas y se benefician con normatividad hecha a la medida. Los reportajes fueron el resultado de más de un centenar de pedidos de información, el acceso y análisis de más de dos mil documentos entre informes de supervisión ambiental que no eran públicos y resoluciones del Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA).
A partir de este trabajo, Convoca construyó bases de datos, verificó y contrastó información que permitió los hallazgos periodísticos así como la publicación del Mapa de Infracciones Ambientales, herramienta que permite a los ciudadanos acceder directamente a las resoluciones analizadas por Convoca.
Estos casos muestran la utilidad y necesidad de los datos abiertos y la construcción de bases de datos para la transparencia pública y privado. Los esfuerzos de la prensa independiente y de la sociedad civil son aún escasos; sin embargo, muchas iniciativas intentan replicarse en el resto de la región, aun cuando las leyes de transparencia pública por país tengan distintos alcances, y éstos no promuevan la rendición de cuentas del sector privado.
En la tercera conferencia Condatos se mostró que siempre hay maneras de obtener información que incomode a las élites empresariales. Al respecto, durante la reunión se presentó una iniciativa de Transparencia Internacional (TI) para que la información sobre los verdaderos dueños o “beneficial owners” de las empresas no sea un secreto. Fabiano Angélico, consultor independiente de TI, explicó que esta iniciativa busca combatir la corrupción y el desvío ilegal de fondos a través de testaferros y empresas de fachada.
Hay algo evidente: no solo el sector público debería trasparentar sus acciones. No obstante, lo que el poder privado no quiere publicar está siendo revelado por medios independientes y de la sociedad civil. Mientras no haya voluntad política firme, los esfuerzos por promover datos abiertos, elaborar bases de datos y despertar el interés ciudadano seguirán siendo imprescindibles en escenarios de alta desigualdad social como el latinoamericano.
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