La historia detrás de la más grande filtración de la historia del periodismo

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Convoca habló con Frederik Obermaier, periodista del diario alemán Süddeutsche Zeitung que accedió a la mayor filtración de documentos de la historia del periodismo que puso al descubierto cómo opera el mundo oscuro de las empresas offshore y los paraísos fiscales. En este proyecto liderado por ICIJ, se involucraron cerca de 400 periodistas de todo el mundo

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Los periodista Bastian Obermayer y Frederik Obermaier, periodistas del diario alemán Süddeutsche Zeitung. Fuente: AFP.

Por Alicia Tovar

Frederik Obermaier conocía a la firma panameña de abogados Mossack Fonseca como una “muralla infranqueable”. Como resultado de otras investigaciones sobre sociedades de pantalla creadas en paraísos fiscales, él y su compañero del diario alemán Süddeutsche Zeitung, Bastian Obermayer, hallaron entre los clientes de este bufete a personajes vinculados al tráfico de drogas.

Pero los archivos filtrados a ambos periodistas por una fuente anónima, que luego fue conocida con el seudónimo de Jhon Doe, mostraban para qué fueron creadas más de 214 mil sociedades offshore a través de Mossack Fonseca, desde la fundación de esta firma en 1977 hasta 2015, y los estratégicos movimientos financieros de políticos y sus socios más cercanos para proteger millonarios negocios y propiedades del control fiscal.

“Hicimos una primera verificación con información de registros públicos y documentos oficiales y hablamos con fuentes para medir la veracidad de los archivos (de Mossack Fonseca). Estos cruces de datos nos demostraron que podíamos confiar en la información”, contó el periodista Frederik Obermaier a Convoca sobre el primer análisis que realizó junto a Bastian Obermayer de los archivos que accedieron en diversos formatos: correos electrónicos, formularios financieros, pasaportes y registros corporativos que controlaban únicamente los abogados de la firma panameña.

Al inicio, solo cuatro personas conocían el origen de la investigación que luego se llamaría Panama Papers: Frederik, Bastian, su editor y el jefe del departamento de investigación del periódico, Hans Leyendecker. Después fueron cerca de quince periodistas de este diario alemán quienes buscaron nuevos hallazgos entre los 11 millones y medio de archivos de Mossack Fonseca.

“Fue un grupo de trabajo que fue creciendo con el avance de las investigaciones y que incluyó a varios abogados”, explicó Frederick Obermaier. La base de datos de Panama Papers estuvo disponible en una sola computadora ubicada en las oficinas del diario alemán y a la cual solo podían acceder Bastian y Frederik.

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Panama Papers me demostró que estaba equivocado (que sí se podía trabajar de manera colaborativa) y que existe un futuro para el periodismo de investigación
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Pero el volumen de la información creció hasta alcanzar los 2.6 terabytes de archivos y los periodistas del Süddeutsche Zeitung descubrieron que las operaciones de Mossack Fonseca involucraban a políticos y personajes de todo el mundo. Decidieron entonces conversar con Gerard Ryle, director del Consorcio internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ por sus siglas en inglés) para convocar a una red de periodistas que pudiera involucrarse en la búsqueda de este océano de archivos. ICIJ tenía experiencia en este tipo de investigaciones globales de gran esfuerzo colaborativo y en rastrear información para conocer cómo operan determinados sistemas: el mundo financiero, el saqueo de los mares, el tráfico de tejidos, entre otros proyectos.

ICIJ eligió a la periodista argentina Marina Walker, vicedirectora de la organización, para que se hiciera cargo de la investigación. Fue así que se convocó a más de 370 periodistas de 76 países para colaborar en Panama Papers, entre los que figuraban reporteros miembros de ICIJ y medios invitados. Los programadores de la Unidad de Datos del Consorcio adaptaron iniciativas de código de abierto (editables) para crear una plataforma online de búsqueda con los 11.5 millones de archivos, que estaba protegida por un sistema de doble verificación de Google, y a la que luego bautizaron como Blacklight. En simultáneo adaptaron una especie de red social para que los periodistas pudieran compartir sus hallazgos de manera segura. Esta especie de Facebook de los reporteros de investigación se llamó I-Hub.

“Compartir esta información con cientos de periodistas fue compartir también los riesgos. Además, que la fuente de la investigación no revelara su identidad fue, para mí, la mejor decisión para protegerlo a él y todos los periodistas que trabajaron en el proyecto”, aseguró Obermaier.

Desde su lanzamiento en abril de 2016, Panama Papers reveló las transacciones financieras que ocultaron políticos de todo el mundo y personajes involucrados en negocios ilícitos. Entre otros resultados, la investigación desató la renuncia de funcionarios en España e Islandia, y ha sido premiada en diversos concursos internacionales de periodismo, entre ellos los Data Journalism Awards 2016, en la categoría mejor investigación del año (large room), que premia lo mejor del periodismo de datos.

“Si me hubieran dicho antes que se podía hacer un proyecto junto a más de 300 periodistas de todo el mundo hubiera respondido: ‘No, es imposible’. Panama Papers me demostró que estaba equivocado y que existe un futuro para el periodismo de investigación”, remarcó Frederik luego de atravesar la “muralla infranqueable” impulsado por un trabajo tenaz en equipo a partir de una gran base de datos.