CÓMO DESCUBRIERON A LAS TRANSNACIONALES QUE EVITARON PAGAR MILLONES AL FISCO

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Dos profesionales que trabajaron en este proyecto que fue uno de los más importantes en 2014

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Screenshot del proyecto de ICIJ 'Luxemburgo Leaks'. Imagen: Internet.

Por Aramís Castro

Bajo una nueva manera de hacer periodismo, más de 80 reporteros de una veintena de países demostraron que por encima de 340 compañías, como Pepsi, Amazon o FedEx, dejaron de pagar miles de millones de dólares en impuestos gracias a acuerdos secretos en Luxemburgo (#Luxleaks). La serie investigativa, que empezó a publicarse en noviembre último generando reacciones en la Comisión Europea, pertenece al Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ por sus siglas en inglés).

Dos profesionales que trabajaron en este proyecto que fue uno de los más importantes en 2014, la periodista Marina Walker, subdirectora del ICIJ, y el analista de datos Rigoberto Carvajal, cuentan a Convoca cómo lo hicieron y qué aprendieron.

Detrás de la excepcional investigación titulada Luxemburgo Leaks o #LuxLeaks hubo un exhaustivo análisis de 28 mil páginas de documentos oficiales. De sólo pensarlo, parece imposible; pero si la tarea se reparte entre más de 80 periodistas de 26 países, entonces se ve luz al final del túnel.

O como explica Marina Walker, periodista y subdirectora del ICIJ, el mayor valor de este trabajo es la colaboración: “Puedes hacer una gran historia de una empresa local pero si esa empresa tiene su headquarter (oficina global) en Polonia será una mejor historia si trabajas con el periodista de Polonia que haga el seguimiento de las cosas que ha hecho esa empresa en Polonia”.

Antes de hacer la convocatoria mundial de periodistas miembros del ICIJ, su Unidad de Datos liderada por Mar Cabra, se tomó tres meses para organizar la información geográficamente y determinar los países en donde se necesitaba reportear.

Ya con el panorama más claro, contactaron a los reporteros y les dieron acceso a dos plataformas digitales: una para trabajar con los datos y otra para la comunicación. Walker vuelve a explicar: “A esta última le llamamos el Facebook de la investigación. Se ve como el muro de esta red social. Ya lo habíamos intentado de hacer en Offshore Leaks, investigación que reveló los movimientos financieros en paraísos fiscales, pero se perfeccionó mucho con esta investigación (Luxleaks)”.

¿Generaron una comunidad?, preguntamos. “Exacto, esta vez tuvimos la herramienta y la comunidad. Ahora me siento confiada de decir que estamos generando una nueva forma de hacer periodismo de investigación a nivel global”, respondió Walker.

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Esta investigación ha reforzado la confianza en los nuevos equipos que ya se han formado en varias salas de redacción de la prensa independiente: periodistas, ingenieros, analistas de datos y desarrolladores
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Esta investigación ha reforzado la confianza en los nuevos equipos que ya se han formado en varias salas de redacción de la prensa independiente: periodistas, ingenieros, analistas de datos y desarrolladores.

“Es lo que marca la diferencia entre un periodismo a profundidad, eficiente, organizado. Cada vez va a ser mayor por la cantidad de data que recibimos”, pronosticó Walker.

Uno de los desafíos de esta serie investigativa fue trabajar a distancia con periodistas que tenían diferentes idiomas, horarios y personalidades. Para hacer frente a esto, Marina Walker comentó que la colaboración fue fundamental porque hizo posible que las historias fueran potentes.

“(El trabajo colaborativo entre periodistas, analistas de datos y desarrolladores) es lo que marca la diferencia entre un periodismo a profundidad, eficiente, organizado. Cada vez va a ser mayor por la cantidad de data que recibimos”, apuntó Marina Walker.

Esa inclinación por la colaboración, agregó Marina, surge naturalmente porque los periodistas saben que a futuro será recíproco: “El día que ellos la necesiten van a tener la misma respuesta. Como que ya se va creando ese espíritu de equipo, de grupo”.

En los #LuxLeaks no sólo participaron periodistas familiarizados con las nuevas tecnologías, también lo hicieron reporteros de la vieja escuela: “Uno de los mejores logros es ver a periodistas que han trabajado 30 años en un diario, que quizá son de una generación diferente, y que al final del proyecto digan que esto de la colaboración realmente funciona. Es impresionante”.

Aquí tres recomendaciones de Marina Walker para un trabajo colaborativo:

- “Debe haber una persona central que sea el alma de ese proyecto, el coordinador, el alentador permanente”.

- “Tener las herramientas digitales adecuadas para facilitar la colaboración. Si es transnacional pero también si es de un mismo país, si está integrando gente de varias provincias o regiones”.

- “Generar ideas para la colaboración. Una idea que va a ‘prender fuego’ no solo con las audiencias sino también con los periodistas para que realmente le pongan el trabajo y las ganas”.

Un ingeniero que busca la verdad

Rigoberto Carvajal fue uno de los pilares para darle seguridad y eficiencia comunicativa a los Luxleaks.

Además de apoyar en la programación de la web donde se presentaron los Luxleaks, el analista de datos Rigoberto Carvajal y el desarrollador de aplicaciones Matthew Caruana, implementaron dos plataformas de uso exclusivo para los más de 80 periodistas que reportearon.

Para no iniciar ‘desde cero’ la programación del proyecto, Rigoberto y Matthew tomaron iniciativas de código abierto (editables) y las adaptaron a las necesidades del ICIJ. Una de ellas, Oxwall, sirvió como base para la plataforma de comunicación que trabajó Rigoberto, y la otra, Apache Solr que trabajó Matthew, para almacenar y compartir la data.

Poner a disposición de los periodistas las plataformas trabajadas llenó de satisfacción a Rigoberto: “Es bonito y gratificante ver esa participación en todo el mundo. Que están pasando tips e ideas. Es como sacarle provecho a los recursos que nos permite el Internet para poder trabajar en equipos que están separados a través de fronteras y de continentes”.

La seguridad y los ataques que podrían recibir eran puntos a considerar, Rigoberto lo sabía bien y tomó las medidas del caso: “Si un hacker quisiera utilizar fuerza bruta, le tomará mucho tiempo resolver cuáles son los passwords. También usamos un método para evitar los accesos de personas no deseadas al sistema o cuando usen (los periodistas) passwords muy débiles”.

Rigoberto recordó que ya lleva cuatro años trabajando al lado de periodistas de investigación y encuentra difícil salirse de este mundo que busca la verdad para ponerla al servicio de los ciudadanos. “Nosotros vemos el fruto de nuestro trabajo cada vez que el director del ICIJ (Gerard Ryle) nos comunica lo que se llevó a cabo para aplicar cambios a la ley, o que se está tomando alguna medida para cambiar algo del sistema”, aseguró. “Volver a lo que hacía antes en la programación, para la parte comercial, sería como volver al lado oscuro de la fuerza”.

Fue la destacada periodista Giannina Segnini quien le dio la oportunidad de hacer periodismo en el diario La Nación de Costa Rica. Rigoberto postuló al puesto de analista de datos de la unidad de investigación que entonces dirigía Segnini, y su primera prueba fue detectar las propiedades de Shakira en EE.UU. para probar si tenía o no olfato de periodista.

Lo primero que hizo fue hallar el nombre verdadero de la cantante colombiana, luego hizo la búsqueda en los registros de propiedades de Estados Unidos y dio en el clavo. Tiempo después, durante la Conferencia Latinoamericana de Periodismo de Investigación (COLPIN) que se realizó en 2012 en Colombia, el analista expuso ante un auditorio abarrotado por reconocidos periodistas de investigación de la región. Ya no había escapatoria posible, el periodismo lo había adoptado, sólo le quedó abrirse la camisa y mostrar el polo que llevaba dentro con el símbolo de Superman, luego vinieron los aplausos.